Las músicas que abastecieron mi espacio vivencial me enriquecieron en la grandeza de sentir, llevándome direccionado por intérpretes cantantes y por las letras de autores inspirados hasta esa magia afectiva que hace un milagro de la vida e hizo de las músicas que presento ahora parte esencial de mi memoria sonora.

Las interpretaciones de Charles Aznavour, Chavela Vargas, Simón Díaz, Chabuca Granda, Susana Rinaldi, Carlos Gardel, Julio Jaramillo, entre otros, me llevaron a buscar partituras para piano solo de estas obras en editoriales musicales y en el mundo de internet, sin encontrar ni una sola que estuviese al nivel y refinamiento de las obras clásicas del repertorio pianístico de concierto.

Por este motivo, desde el verano del 2007, comencé la tarea de hacer realidad yo mismo las partituras de algunas canciones populares que reposan en la memoria colectiva, incluyéndolas como bises o propinas musicales ocasionales al final de mis recitales de música clásica, incluso poniendo a Chavela Vargas después de Bach, después de las Romanzas Sin Palabras de Mendelssohn o después de Mozart, animando y liberando el formalismo del público clásico conservador hasta rememorarle vivencias personales y sacando de entre sus aplausos parte de mis lágrimas.

En mayo de 2024, casi 17 años después, he completado este proyecto que desde un inicio planteé con 15 trabajos/obras y que, de manera formal, se desarrolla y expone bajo los conceptos musicales de Transcripción de concierto, Estudio de concierto y Versión de concierto, en los que la curiosidad y la aventura musical son pociones esenciales en cada resultado creativo para piano solo.

Entre todas estas bellas músicas hay obras como “La bohemia”, “La flor de la canela”, “Luz de luna”, “Cuando tú te hayas ido”, “Desde el alma”, “Macorina” y “Caballo viejo”.

Después del proceso de escuchar muchas versiones de una misma obra, de transcribir las melodías, de rearmonizar las canciones para dotarlas con mi propio espíritu y dotarlas por fin con mi imaginación sonora y el uso de algunos recursos pianísticos aprendidos de conservatorios y maestros, entrego este estudio y levantamiento musicológico y musicográfico, estas flores hechas notas para el vuelo de las almas y el renacimiento de los sueños fugados, penitentes y en espera, de pianistas concertistas, aficionados y coleccionistas de estas músicas en este tipo de presentación y formato.

Agradezco a Julián O. Castro, por toda la ayuda, las sugerencias, consejos y percepciones comentadas desde su rol como copista/transcriptor oficial en la digitalización del proyecto.

Hoy los invito a ser partícipes viendo y escuchando estas propuestas estéticas auditivas, disfrutando con ellas, dejando que su interior se ilumine a través de una nueva generación que reinterpreta unas mismas músicas, y que este sueño que nace dentro de mí pueda fluir hasta cada uno de ustedes para que juntos hagamos este ritual de encuentro y ceremonia musical vital.

LEZLYE BERRÍO